desiree verlangen

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we are the light and the darkness

Ey there, little deers! ¿Cómo estáis? Ahora que es época de exámenes finales y agobios, por un lado me siento sincronizado a vosotros, por otro, que voy a contracorriente (fiel a mi estilo). ¿Sabéis? Acabé dejando definitivamente la escuela en la que estaba. No sé si hablaros de ella porque lo más probable es que salgan sapos y culebras de mi boca, y no estoy versada yo en brujerías malignas. Así pues, solo diré que por un lado no pienso volver a pisar una escuela privada en lo que me queda de vida, y que mis hijos y sus descendientes y los descendientes de sus descendientes, tampoco. Lo pondré en mi testamento. Al menos en España. Lo juro.

En contrapunto, tengo una buena noticia. Que hubiera dejado la FP Superior no significa que hubiera abandonado mi futuro estudiantil ni mucho menos. Sin embargo entré en una fase que me preocupó: no encontraba ningún otro curso FP que me gustase. Jamás se me pasó por la cabeza hacer una carrera universitaria, de hecho aborrezco las universidades (y no me preguntéis por qué, todavía estoy preguntándomelo yo misma)... Pero me recomendaron algo: la Escuela Superior de Diseño de Madrid. Yo estaba buscando algo relacionado con el Diseño Gráfico, y en esa "Escuela" daban un Grado de Diseño Gráfico así que era perfecto. ¡Cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que es un grado universitario! Y, además, con prueba de acceso. Por un lado perfecto, porque no hice Selectividad. Por otro lado, en menudo berenjenal me estaba metiendo. A un mes de las pruebas de acceso, y yo sin tener ni idea de dibujo, ¡ole! El caso es que, ni corta ni perezosa, me apunté a una academia de arte para aprender todo lo necesario para la prueba de acceso. Es este 23. Todavía no estoy todo lo preparada que debo, pero en esta semana todo irá mejor y estoy convencida de que entraré. Creo en ello, así que si queréis podéis sentaros y coger unas palomitas que el show está servido.

No sé si es por el hecho de pasar tantas horas aprendiendo, estudiando y haciendo arte, pero el otro día, un sábado por la mañana me picaba por dentro. De eso que, de verdad, te pica y no puedes rascarte. Y te levantas y paseas y gruñes como un animalico encerrado. Mi gato me miraba también con cara de: estate quieta de una vez, y Dani me miraba de reojo con el temor asomando en su mirada (en verdad, soy terrible cuando estoy inquieta sin saber qué hacer, rondando y rondando como un depredador en círculos). Bajo este panorama, mis pies (descalzos, por cierto) me condujeron hasta el armario donde últimamente guardo mi cámara y la cogí. Me quedé mirando el aparato con cara de: qué hago yo aquí. Me puse un poco nerviosa. Últimamente tengo una relación bastante difícil con mi pequeña Lola, así que creo que incluso sentí un poco de miedo al tenerla entre mis manos y la mente en blanco. Pero me esforcé en acordarme de aquel día en el que presumí de haberme levantado con el tercer ojo abierto y de hecho, así lo sentí yo. Así que borré el miedo de un plumazo y me lancé a la piscina (como siempre hago, al fin y al cabo. Quizá ese sea mi gran fallo como fotógrafa).





Creo que me sentí torpe y entumecida. Sentía que en mis manos estaba depositado el peso del mundo, y eso que el trípode me ayudaba a cargar con él. Me tiré en la cama. Y torcí el ceño, porque no funcionaba. Miré a mi alrededor y me quedé mirando una pared blanca. Creo que fue entonces cuando se me encendió realmente la famosa bombilla (¡devuelve el invento a Tesla, su legítimo dueño, maldito Edison!) y pensé en la luz. En lo mucho que me gusta la luz de esta casa. sus paredes, tan blancas. Pensé en ese mismo personaje, blanco y etéreo y cuasi divino. Besada por el prisma más puro de luz existente. Pensé en su piel, casi albina como un fantasma de día. Y me enfundé en un vestido blanco. Y empecé a disparar. Me gusta pensar en esta primera sesión (y también en la segunda, ¡por qué no! Como Hija de la Luz. Y no madre, como en un principio pensé porque en realidad yo no creé nada. La luz me creó a mí ese día. Creó esas reacciones en el sensor de mi cámara. Creó lo que yo quería, para mí, para vosotros. Me parió, como se suele decir. Y yo fui feliz.

Empecé a saltar y a dar vueltas. A ponerme sombreros, a agarrar al gato, y reírme mucho. Reírme yo sola, mientras me confundía con el blanco que me rodeaba. Me sentí parte de todo y, a la vez, tan externa y tan lejos del mundo que supuso un descanso para mi consciencia y mi alma. Todo a la vez. Fue realmente maravilloso.

Sin embargo, llegó un momento en el que tuve que parar porque algo estaba germinando en mí de nuevo. Su hermana gemela, en realidad. Un personaje recluido en la semioscuridad que lejos de fundirse con ella y asumir su condición, la hace suya. La moldea y la abraza iluminándola con las trazas de una vida apenas atisbada que sirve para crear una atmósfera mágica y oculta de la vista de nadie más en un paraíso secreto propio. Una mujer melancólica, tan delicada como su hermana pero más cálida, más humana, más mundana. Con el cuerpo zarandeado por las emociones, roto por el dolor y cosido por la lucha de un día más. Una mujer imbuida de lleno de magia, de misticismo, besada, esta vez, por los labios de lo sobrenatural.

Creo que ambas beben mucho de mí, de mis facetas. Mi fotografía es muy personal, sea yo la modelo protagonista reflejando estos diferentes personajes o sea otra persona. Es muy emocional, y me gusta, especialmente, jugar con la iluminación para ello.

Vaya, creo que al final he hablado más de lo que pretendía. Bastante más, en realidad. Así pues, sin más enrollarme, os dejo con los resultados de este día.

Gracias, pequeños.

with love,
D.


















Y...

¡Extra bonus!


Comentarios

  1. Animo con la prueba! Espero que entres y te encuentres muy a gusto con lo que hagas!
    Estamos todos hasta arriba de examenes finales y etc...a ver si va bien la cosa!!

    Por cierto tus fotos son preciosas! No sabría cual escoger, es imposible tener sólo una favorita!

    Un besito! ^^

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  2. Oh, vaya. Esta entrada se me había escapado.

    Espero que todo saliese muy bien. Y personalmente, me encanta esa rama a la que quieres meterte (aunque vayas a ser competencia. =P)

    ¡Y qué decirte de las fotos! Son preciosas, me encantan todas. En especial la última y las de las velas (tienen unos colores geniales).

    Y eso. Un besiño muy grande.

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