Hello little deers! Después de UN MONTÓN de tiempo, ¿me habéis echado de menos? Yo bastante, a este rincón solitario y silencioso. Me lo imagino como si fuese un pequeño balcón en una calle estrecha de Italia, en un rincón, olvidada, con enredaderas cayendo desde el suelo y unas pequeñas flores abriéndose a la primavera. Quizá ésa sea la imagen de este espacio. Tan personal. Tan mío.

Sea como fuere, os he echado de menos. De hecho, mirad, me he hecho una fotografía en vuestro honor.

Os traigo la primera parte de la colección que he empezado. WITCHCRAFT. Los que me conocéis, sabéis mi obsesión por la magia, el esoterismo, las ciencias ocultas y demás. No es un secreto y tampoco lo oculto. Quizá algún día os hable sobre todo este tema. Pero en resumidas cuentas, siento una devoción, una llamada profunda e inexplicable por todos estos temas. Desde que recuerdo me he rodeado de ellas y forman parte de mi día a día... Así que, de una manera u otra, tenía que hacer algo al respecto.

Realmente, el detonante fue la tercera temporada de American Horror Story. ¿La habéis visto? Os la recomiendo, la serie entera. Y lo fue también Jessica Lange. Desde esa serie, la tengo una admiración profunda que me ha llevado a inspirarme en ella en esta primera entrega de la sesión.





Como veréis, no he usado el fotomontaje. No quiero hacerlo, en verdad. La magia, la brujería viene dada por lo subjetivo, por la evocación de tales conceptos, por las actitudes, las posiciones, los elementos que componen las fotografías. Me gusta esa naturalidad, esa conexión verdadera que se crea cuando interrelacionas con las cosas que te rodean, cuando las entiendes y te acoplas consciente e inconscientemente a ellas. Todo eso se ve reflejado y cambia la naturaleza de lo que consigues. Lo cambia todo, y estoy enamorada de ése aspecto. Así que ha sido mi decisión tomar ese camino para esta serie.

Me estoy reconciliando con mi cámara. Poco a poco, volvemos a mirarnos y a entendernos. No del todo, todavía, por lo que puede que notéis que la calidad o el nivel de fotografía al que os he tenido acostumbrada ha bajado, o es distinto. Pero no importa. Relajaos y sentíos bien, porque llegará. Estoy volviendo a andar ese camino, aunque tenga los pies doloridos y no sepa muy bien por dónde tengo que ir de nuevo. Pero eso es bonito. Esa sensación, si elimino todas las demás que me han frenado y retenido estos meses, es preciosa. Y sobre todo maravillosa porque ayuda a evolucionar. A continuar hacia delante. Y es algo que me hace falta.

Sobre todo me ha llegado con la luz. Han sido meses de oscuridad, de latencia, de estar adormilada, de olor a rancio y sensación de enfermedad. Y tiene su lógica, porque lo he estado. He estado muy enferma, física y psíquica. Se dio todas las condiciones necesarias para que me replegase y perdiese el camino de vuelta a la realidad. Pero, por fortuna, los cambios siempre acontecen. Y este me ha sacado de esa habitación sin ventanas, ni aire para llevarme a un sitio lleno de luz, de oxígeno, de alegría, de canciones (me paso el día canturreando las canciones más absurdas e inventadas, lo juro) y de avances. ¡Así que espero que sea la ocasión en la que logre romper con estas cosas!

En fin, ya sin más dilación... En esta primera entrega me he querido basar en la magia occidental, en esa un poco más oscura, tan Jessica Lange, con su punto herborista, de contrastes y claroscuros. Espero que os guste,

with love,
D.