15 ago 19
¡Hola amores! Hace poco os enseñé por Instagram varios productos que había ido terminando a lo largo del año. Ésa era mi rutina en aquel momento pero tocó cambiarla y probar productos nuevos. Algunos han sido un gran descubrimiento y otros... Bueno, ahí están. Quiero aprovechar para hablar sobre un tema dentro del cuidado facial. A veces compramos productos que no nos funcionan o que no cumplen nuestras expectativas y no nos son agradables. La mayor parte de esas veces tendemos a sentir la necesidad de "gastarlo cuanto antes" para poder invertir en algo nuevo y, aunque el planteamiento es genial para no malgastar, en cuanto al cuidado de la piel estoy en contra de ello.
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo pero también de los más delicados. Si no la cuidamos bien, puede derivar en una serie de problemas estéticos o de salud con los que no nos sentiremos a gusto por lo que prestarle atención y darle lo que necesita para llevarla a su estado más óptimo me parece importantísimo. Teniendo esto claro, si elegimos un producto que no funciona bien en nuestra piel o que no nos agrada, lo mejor es desecharlo. Si sentimos que nos reseca, que nos irrita, que no mejora nuestra piel en absoluto es muy sencillo: No es para nosotras y no deberíamos utilizarlo. Parece de cajón y os preguntaréis, ¿por qué tienes que explicarlo? Pues porque entiendo (y yo también lo he sufrido) que sentir que malgastas dinero en algo que vas a tirar, aunque también puedes regalarlo o venderlo, es algo difícil y que nos cuesta. Pero creedme, peor es forzar a la piel a un producto que no nos funciona.
Y dicho esto, ¡ya si vamos a ello!
Empezando por el bálsamo desmaquillante, de los cuales soy fan, actualmente estoy utilizando el All Clean Balm de Heimish. Me encanta la doble limpieza y la sensación de los bálsamos en la piel sin embargo este no lo estoy disfrutando tanto. Dejadme explicarlo: funciona genial como desmaquillante porque logra llevarse todo, incluso lo waterproof. Su textura es como la de cualquier otro bálsamo, quizá un poco más denso pero se retira perfectamente con agua, incluso fría. Su "pero" viene con el olor y es que no me gusta nada. Tiene un punto a olor químico que me resulta extraño dentro de la cosmética coreana y algo que nadie había mencionado antes en las reseñas que he visto pero que, para mi, es lo suficientemente importante como para no volver a comprar. En cuanto a sus ingredientes, contiene extractos de fruta de palma de coco y manteca de karité y es un icono dentro de la cosmética coreana.
A la hora del doble paso de la limpieza me gusta utilizar el Foreo de Aliexpress que ya os reseñé hace muchos meses junto con dos limpiadores. El primero es el Milky Jelly Cleanser de Glossier, una marca que estaréis hartas de oírme hablar pero que me encanta en todos sus aspectos. Hablando del limpiador, la textura es tipo gel y apenas hace espuma lo cual no significa que no limpie, que lo hace bien y es gracias al Poloxamer, un ingrediente jabonoso que se utiliza en las lentillas. Sin embargo me gusta dejarlo para las mañanas porque siento que es un limpiador ligero, suficiente para estos momentos. Destacar su olor a rosas que utilizarlo nada más despertarse es un placer y cambia el ánimo de cualquiera. Entre sus otros ingredientes podemos encontrar el extracto de raíz de consuelda (contiene alantoína que ayuda a calmar las pieles secas y estresadas) y pro-vitamina B5. En resúmen: un limpiador ideal para las mañanas, muy sensorial y que trata gentilmente la piel sin resecarla.
Por otro lado tenemos el GENTTLEBUBLE Cleanser de Glamglow. Éste me vino en una Boxycharm y decidí combinarlo con el de Glossier para las noches, cuando quiero una limpieza más profunda. Tengo que decir que me ha dejado... fría. Es decir, no es un mal limpiador y cumple su función: limpiar suavemente la piel. Pero ya está, no noto nada más. Si bien el de Glossier es un limpiador sencillo que me encanta para empezar el día con buen pie, el Gentlebubble cleanser no hace ni aporta nada más allá de lo que es: limpiar y punto. Éste sí hace bastante espuma y su textura es cremosa con un punto brillante y shimmer que, tranquilas, no se queda en la piel. Contiene hoja de té verte Teaoxi (algún tipo de fórmula propia de Glamglow), Aminoácidos de avena, extracto de manzana y vitamina E. Todo esto está genial pero es que no me dice mucho. Lo utilizaré porque, como he dicho, no es mal limpiador y cumple su función, todo correcto... Pero sin más.
Ya solo queda hablar sobre los exfoliantes, un paso querido por todo el mundo pero que yo trato con mucho, muchísimo cuidado. Para las pieles sensibles, sobre exfoliar es el enemigo número uno por lo que hay que andarse con mucho ojo. Pero es que además, sobre exfoliar cualquier piel ya sea con exfoliantes químicos, físicos o tónicos con ácido glicólico es muy contraproducente. Ya son varias las personas que conozco que, debido a los maravillosos efectos que deja, los han utilizado a menudo y después se han arrepentido porque se han encontrado la piel en carne viva. Así que, porfis, ¡con cabeza!
Mis dos exfoliantes en activo ahora mismo son un combo: uno físico y otro químico. Empecemos por el Gentle Black Sugar Facial Polish de Klairs. Es un exfoliante de azúcar moreno que limpia en profundidad, se lleva las células muertas pero que no reseca en absoluto y esto es por uno de sus ingredientes clave: la manteca de karité. Ayuda a eliminar puntos negros y mejorar la textura. Es una joya, así de claro. Lo que me gusta hacer es mezclarlo con unas gotitas de agua para ayudar a disolverlo y que el gránulo no sea tan grande. A movimientos circulares sin hacer apenas presión. Después de utilizarlo me deja la piel lisita, lisita y súper suave. Tengo que tener cuidado de no utilizarlo a menudo porque, si por mi fuera, ¡todos los días!
Por otro lado, otra gran joya: el exfoliante químico T.L.C Sukari Babyfacial de Drunk Elephant, que contiene un 25% AHA y 2% BHA en su formulación. De él os hablé largo y extenso en esta entrada por lo que os refiero a ella para leer una review completa de esta locura de exfoliante. Como véis, a día de hoy sigo utilizándolo y todavía no he terminado el primer bote. ¿Sabéis por qué? Porque lo utilizo una vez al mes, si acaso. El efecto del Sukari Babyfacial es tan intenso que aunque deja la piel que pareces sacada de la película de Hollywood con maquillaje a tope y las luces perfectas, es muy agresivo y yo me irrito con facilidad, por lo que prefiero dejarlo para cuando necesito un tratamiento puntual y muy intenso. Y es que este exfoliante no hace falta utilizarlo varias veces para ver los resultados, con la primera aplicación ya alucinas. Lamentablemente no está en España debido a su formulación, pero podéis utilizar MMB para traerlo.
¡Y eso es todo reinas! Estas son las cositas que estoy utilizando actualmente para la doble limpieza y exfoliación del rostro. Por supuesto, me muero de ganitas por saber cuáles son los vuestros así que no dudéis en dejármelo saber.
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo pero también de los más delicados. Si no la cuidamos bien, puede derivar en una serie de problemas estéticos o de salud con los que no nos sentiremos a gusto por lo que prestarle atención y darle lo que necesita para llevarla a su estado más óptimo me parece importantísimo. Teniendo esto claro, si elegimos un producto que no funciona bien en nuestra piel o que no nos agrada, lo mejor es desecharlo. Si sentimos que nos reseca, que nos irrita, que no mejora nuestra piel en absoluto es muy sencillo: No es para nosotras y no deberíamos utilizarlo. Parece de cajón y os preguntaréis, ¿por qué tienes que explicarlo? Pues porque entiendo (y yo también lo he sufrido) que sentir que malgastas dinero en algo que vas a tirar, aunque también puedes regalarlo o venderlo, es algo difícil y que nos cuesta. Pero creedme, peor es forzar a la piel a un producto que no nos funciona.
Y dicho esto, ¡ya si vamos a ello!
Empezando por el bálsamo desmaquillante, de los cuales soy fan, actualmente estoy utilizando el All Clean Balm de Heimish. Me encanta la doble limpieza y la sensación de los bálsamos en la piel sin embargo este no lo estoy disfrutando tanto. Dejadme explicarlo: funciona genial como desmaquillante porque logra llevarse todo, incluso lo waterproof. Su textura es como la de cualquier otro bálsamo, quizá un poco más denso pero se retira perfectamente con agua, incluso fría. Su "pero" viene con el olor y es que no me gusta nada. Tiene un punto a olor químico que me resulta extraño dentro de la cosmética coreana y algo que nadie había mencionado antes en las reseñas que he visto pero que, para mi, es lo suficientemente importante como para no volver a comprar. En cuanto a sus ingredientes, contiene extractos de fruta de palma de coco y manteca de karité y es un icono dentro de la cosmética coreana.
A la hora del doble paso de la limpieza me gusta utilizar el Foreo de Aliexpress que ya os reseñé hace muchos meses junto con dos limpiadores. El primero es el Milky Jelly Cleanser de Glossier, una marca que estaréis hartas de oírme hablar pero que me encanta en todos sus aspectos. Hablando del limpiador, la textura es tipo gel y apenas hace espuma lo cual no significa que no limpie, que lo hace bien y es gracias al Poloxamer, un ingrediente jabonoso que se utiliza en las lentillas. Sin embargo me gusta dejarlo para las mañanas porque siento que es un limpiador ligero, suficiente para estos momentos. Destacar su olor a rosas que utilizarlo nada más despertarse es un placer y cambia el ánimo de cualquiera. Entre sus otros ingredientes podemos encontrar el extracto de raíz de consuelda (contiene alantoína que ayuda a calmar las pieles secas y estresadas) y pro-vitamina B5. En resúmen: un limpiador ideal para las mañanas, muy sensorial y que trata gentilmente la piel sin resecarla.
Por otro lado tenemos el GENTTLEBUBLE Cleanser de Glamglow. Éste me vino en una Boxycharm y decidí combinarlo con el de Glossier para las noches, cuando quiero una limpieza más profunda. Tengo que decir que me ha dejado... fría. Es decir, no es un mal limpiador y cumple su función: limpiar suavemente la piel. Pero ya está, no noto nada más. Si bien el de Glossier es un limpiador sencillo que me encanta para empezar el día con buen pie, el Gentlebubble cleanser no hace ni aporta nada más allá de lo que es: limpiar y punto. Éste sí hace bastante espuma y su textura es cremosa con un punto brillante y shimmer que, tranquilas, no se queda en la piel. Contiene hoja de té verte Teaoxi (algún tipo de fórmula propia de Glamglow), Aminoácidos de avena, extracto de manzana y vitamina E. Todo esto está genial pero es que no me dice mucho. Lo utilizaré porque, como he dicho, no es mal limpiador y cumple su función, todo correcto... Pero sin más.
Ya solo queda hablar sobre los exfoliantes, un paso querido por todo el mundo pero que yo trato con mucho, muchísimo cuidado. Para las pieles sensibles, sobre exfoliar es el enemigo número uno por lo que hay que andarse con mucho ojo. Pero es que además, sobre exfoliar cualquier piel ya sea con exfoliantes químicos, físicos o tónicos con ácido glicólico es muy contraproducente. Ya son varias las personas que conozco que, debido a los maravillosos efectos que deja, los han utilizado a menudo y después se han arrepentido porque se han encontrado la piel en carne viva. Así que, porfis, ¡con cabeza!
Mis dos exfoliantes en activo ahora mismo son un combo: uno físico y otro químico. Empecemos por el Gentle Black Sugar Facial Polish de Klairs. Es un exfoliante de azúcar moreno que limpia en profundidad, se lleva las células muertas pero que no reseca en absoluto y esto es por uno de sus ingredientes clave: la manteca de karité. Ayuda a eliminar puntos negros y mejorar la textura. Es una joya, así de claro. Lo que me gusta hacer es mezclarlo con unas gotitas de agua para ayudar a disolverlo y que el gránulo no sea tan grande. A movimientos circulares sin hacer apenas presión. Después de utilizarlo me deja la piel lisita, lisita y súper suave. Tengo que tener cuidado de no utilizarlo a menudo porque, si por mi fuera, ¡todos los días!
Por otro lado, otra gran joya: el exfoliante químico T.L.C Sukari Babyfacial de Drunk Elephant, que contiene un 25% AHA y 2% BHA en su formulación. De él os hablé largo y extenso en esta entrada por lo que os refiero a ella para leer una review completa de esta locura de exfoliante. Como véis, a día de hoy sigo utilizándolo y todavía no he terminado el primer bote. ¿Sabéis por qué? Porque lo utilizo una vez al mes, si acaso. El efecto del Sukari Babyfacial es tan intenso que aunque deja la piel que pareces sacada de la película de Hollywood con maquillaje a tope y las luces perfectas, es muy agresivo y yo me irrito con facilidad, por lo que prefiero dejarlo para cuando necesito un tratamiento puntual y muy intenso. Y es que este exfoliante no hace falta utilizarlo varias veces para ver los resultados, con la primera aplicación ya alucinas. Lamentablemente no está en España debido a su formulación, pero podéis utilizar MMB para traerlo.
¡Y eso es todo reinas! Estas son las cositas que estoy utilizando actualmente para la doble limpieza y exfoliación del rostro. Por supuesto, me muero de ganitas por saber cuáles son los vuestros así que no dudéis en dejármelo saber.
¡Un abrazo!
Desiree Verlangen
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