¡Hoy tenemos día Beauty! ¡Toca de nuevo reseña de skincare hoy! Y os traigo ni más ni menos que un imprescindible en casi todas las rutinas y un paso fundamental dentro de la doble limpieza; el desmaquillante.

Para las que no os suene este proceso, lo hemos importado de la rutina de 10 pasos coreana y se trata de limpiar dos veces el rostro; primero con un desmaquillante (mejor si es aceite) y después un limpiador con base de agua. Esto ayuda a que nuestra piel respire mejor, eliminemos completamente resíduos producidos durante el día o el maquillaje y tengamos la piel lista y receptiva para todo lo que venga después. 

Personalmente la doble limpieza me encanta y llevo aproximadamente un año con ella implementada en mi rutina. Me parece un básico imprescindible e incluso en esos días más perros en los que nos me apetece ponerme el tónico, sérum, crema... Siempre, siempre realizo este paso. Tras él, la piel se siente perfectamente limpia, revitalizada, fresca. Y yo me veo preciosa. 

Los desmaquillantes en aceite tienen muchos beneficios. No irritan la piel, tienden a aportar hidratación, deshacen el maquillaje sin frotar ni hacer esfuerzos y emulsionan con agua para dejar la piel suave y sedosa. Yo ya no utilizo otro tipo de desmaquillante y tras terminar la manteca de camomila de TBS este fue el elegido; el Gentle Black Deep Cleasing Oil de Klairs. ¡Sigue leyendo para saber qué opino de él! 

#Experiencia personal de uso.

No estoy utilizando ningún otro desmaquillante y, la verdad, tampoco lo necesito. Con dos pumps tengo suficiente para todo el rostro, desmaquillar ojos cargados, bases o BB cream, labiales, maquillaje waterproof... La verdad es que se lo lleva todo de una forma muy suave ya que no hay que frotar para nada. Dando un ligero masaje insistiendo suavemente por la zona de los ojos, con las manos limpias, desaparece absolutamente todo incluso lo más resistente.

El maquillaje se funde y no hay rastro de que hayamos estado maquilladas. Eso si, la consistencia es densísima en la piel, muchísimo y una vez que lo emulsionamos con agua cuesta retirarlo. Es mejor utilizar el agua calentita o tibia para hacer que desaparezca y aclarar varias veces aunque mi truco del almendruco es aclararlo un par de veces y aunque todavía no se ha ido del todo, debido al segundo paso de la doble limpieza utilizo el limpiador para retirarlo aprovechando ese segundo momento de limpieza y ¡voilá! Desaparece absolutamente todo.

Deja una sensación muy confortable en la piel, elástica y suave. Desde luego doy fe de que no provoca ninguna reacción y es apto para quienes tienen los ojos sensibles ya que no pica ni causa esa "neblina" típica en otros aceites. Deja una sensación de hidratación ligera muy agradable aunque no olvidéis de aplicar tónico y crema hidratante después, como mínimo. Sobre todo si realizáis la doble limpieza, ¡es necesario!