Vale, a ver, vamo' a calmarno. Esta serie la tengo más que reciente y me dan ganas de chillar de lo mucho que me ha gustado pero voy a intentar respirar y relataros esta reseña como las personas de bien que tenemos intenciones de ser. O no, quien sabe.
Para empezar, Altered Carbon es una serie de Netflix que está basada en la novela de Richard K. Morgan con el mismo nombre (y que ya he corrido lo suficiente como para que esté en mi lista de próximos libros que leer) lo que significa que tenemos toda la primera temporada disponible para ver de golpe, como yo, que me la he fundido en dos días y porque había que dormir.
Se trata de una serie de ciencia ficción de verdad, de esta de ciudades futuristas, tecnología punta y sus personajes un poco arcaicos y que se resisten al cambio. Es decir, que a todo fan de la ciencia ficción como yo ya debería hacérsele la boca agua y no es para menos porque, además, así como segundo adelanto, la serie nos da lo que queremos y más.
Nos presentan el año 2384 donde la humanidad ha conquistado planetas, estrellas y galaxias y el individuo, es decir, su conciencia, mente y lo que es, es capaz de sobrevivir en un dispositivo que reside en la nuca y por el que puede ser integrado en otro cuerpo donde seguir existiendo. De hecho, nuestro protagonista (Takeshi Kovacs) se despierta 250 años después del último momento que recuerda para investigar el asesinato/suicidio de un rico aristócrata de 365 años de antigüedad. Y pongo esta barraparéntesis porque todo apunta a que su muerte fue un mero suicidio pero sus recuerdos de las últimas horas están completamente borrados y Laurens Bancroft (el susodicho rico) no se cree capaz de tal hecho.
¿Y por dónde empiezo yo, es mi dilema? Porque esta serie me ha parecido una de las mejores que he visto en los últimos tiempos y... sí, quizá incluso por encima de Stranger Things. Las comparaciones son odiosas y tampoco creo que venga al caso hacerlo, pero es que esta serie es una maravilla visual y narrativa en muchos sentidos, al menos os lo digo ya, desde mi punto de vista. No tengo ni idea de lo mucho o poco que se hayan gastado en esta serie pero teniendo en cuenta los escenarios, efectos especiales y actores, no debe ser poco. He escuchado bastantes críticas negativas sobre esta serie que hablan sobre todo de sinsentidos o el hieratismo o sobreactuacón de los actores e incluso su comparación con Blade Runner. Oye pues mirad, no. Quien quiere le saca los defectos que le de la gana pero yo voy a contaros mi experiencia y por qué opino lo que opino.
No tenía ni idea de esta serie hasta que me pusieron un trailer y mis ojos se abrieron mucho mientras pensaba: Quiero verla, corriendo a Netflix. Mis expectativas no eran de ningún tipo, ver qué me encontraba y disfrutar por el camino. ¿El resultado? Pues... Me encontré con una historia que me absorbió desde el momento uno y que me hizo disfrutar a partes iguales. Las comparaciones son odiosas y a mi no me recordó a ninguna película ya existente o a alguna trama concreta. De hecho, disfruté mucho de la originalidad del elemento clave de la serie; el hecho de que podamos permanecer vivos pese a que nuestro cuerpo muera. Me encantó la elección de personajes, desde los principales hasta la mítica IA basada en Edgar Allan Poe cuyo hotel se llama The Raven. El actor principal, Joel Kinnaman me pareció un acierto y su compañera de reparto, Martha Higareda (Kristin Ortega) un contrapunto en sus actuaciones porque mientras él es más frío, comedido y sus estallidos son más letales, Martha es puro fuego y qué queréis que os diga, no podía parar de aplaudir a esta mujer.
En cuanto a la trama sí que es cierto que no mantiene el nivel narrativo y de acción durante todos los capítulos. A veces el ritmo falla y puede antojarse un poco lento sobre todo en los momentos de flashback cuando nos presentan situaciones de la vida pasada de Kovacs. Yo he estado tan enganchada que apenas los he notado y ya os digo que no se me han hecho pesados porque aprovechan estos momentos para profundizar en la psicología de los personajes que aparecen y sobre todo para explicarnos quien es Quellcrist Falconer, eje central para todo lo que sucede en la serie.
A nivel visual no me ha podido gustar más. Durante la serie van sucediendo diversos registros y efectos que me han dejado con la boca abierta. El 3D de la ciudad en la que se desarrolla la historia es una pasada, con los suburbios al más puro estilo asiático mezclado con la decadencia occidental y tecnológica en comparación a la parte más alta de la ciudad, una residencia privada por encima de las nubes. Sin embargo, también tiene un aire retro cuando entra en RV en ciertas escenas. Cada momento está lleno de color perfectamente integrado y creo que es como mejor puedo definirlo; lleno de color. Creo que han elegido los escenarios con mimo, cuidado y buen gusto y no podía dejar de admirarlo constantemente.
En definitiva, es una serie que consta de unos 10 capítulos que se hacen cortos. La historia es cerrada, hasta donde puede serlo y aunque te quedas con ganas de seguir viendo más también permanece la satisfacción de cómo se resuelven las cosas. Mención especial a personajes geniales como Ava, una experta hacker que vive uno de los momentos más... curiosos de la serie, Lizzie cuya evolución es una pasada e incluso Reileen que me produce sentimientos encontrados.
Recomiendo muchísimo que le echéis un vistazo si os gusta la ciencia ficción y que os dejéis llevar por ella sin pretensiones y con la intención de disfrutar porque no es relevante, un referente audiovisual o transcendente, es una serie que entretiene con una buena historia y que va a hacer que no te levantes del sofá. A mi, de verdad, me ha encantado.
¡Un abrazo enorme!
No tenía ni idea de esta serie hasta que me pusieron un trailer y mis ojos se abrieron mucho mientras pensaba: Quiero verla, corriendo a Netflix. Mis expectativas no eran de ningún tipo, ver qué me encontraba y disfrutar por el camino. ¿El resultado? Pues... Me encontré con una historia que me absorbió desde el momento uno y que me hizo disfrutar a partes iguales. Las comparaciones son odiosas y a mi no me recordó a ninguna película ya existente o a alguna trama concreta. De hecho, disfruté mucho de la originalidad del elemento clave de la serie; el hecho de que podamos permanecer vivos pese a que nuestro cuerpo muera. Me encantó la elección de personajes, desde los principales hasta la mítica IA basada en Edgar Allan Poe cuyo hotel se llama The Raven. El actor principal, Joel Kinnaman me pareció un acierto y su compañera de reparto, Martha Higareda (Kristin Ortega) un contrapunto en sus actuaciones porque mientras él es más frío, comedido y sus estallidos son más letales, Martha es puro fuego y qué queréis que os diga, no podía parar de aplaudir a esta mujer.
(Kristin Aproves)
En cuanto a la trama sí que es cierto que no mantiene el nivel narrativo y de acción durante todos los capítulos. A veces el ritmo falla y puede antojarse un poco lento sobre todo en los momentos de flashback cuando nos presentan situaciones de la vida pasada de Kovacs. Yo he estado tan enganchada que apenas los he notado y ya os digo que no se me han hecho pesados porque aprovechan estos momentos para profundizar en la psicología de los personajes que aparecen y sobre todo para explicarnos quien es Quellcrist Falconer, eje central para todo lo que sucede en la serie.
A nivel visual no me ha podido gustar más. Durante la serie van sucediendo diversos registros y efectos que me han dejado con la boca abierta. El 3D de la ciudad en la que se desarrolla la historia es una pasada, con los suburbios al más puro estilo asiático mezclado con la decadencia occidental y tecnológica en comparación a la parte más alta de la ciudad, una residencia privada por encima de las nubes. Sin embargo, también tiene un aire retro cuando entra en RV en ciertas escenas. Cada momento está lleno de color perfectamente integrado y creo que es como mejor puedo definirlo; lleno de color. Creo que han elegido los escenarios con mimo, cuidado y buen gusto y no podía dejar de admirarlo constantemente.
En definitiva, es una serie que consta de unos 10 capítulos que se hacen cortos. La historia es cerrada, hasta donde puede serlo y aunque te quedas con ganas de seguir viendo más también permanece la satisfacción de cómo se resuelven las cosas. Mención especial a personajes geniales como Ava, una experta hacker que vive uno de los momentos más... curiosos de la serie, Lizzie cuya evolución es una pasada e incluso Reileen que me produce sentimientos encontrados.
Recomiendo muchísimo que le echéis un vistazo si os gusta la ciencia ficción y que os dejéis llevar por ella sin pretensiones y con la intención de disfrutar porque no es relevante, un referente audiovisual o transcendente, es una serie que entretiene con una buena historia y que va a hacer que no te levantes del sofá. A mi, de verdad, me ha encantado.
¡Un abrazo enorme!
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