Y aquí he querido traeros la sesión completa que he hecho con Aricuentista (clic para ir a su Instagram), amiga desde hace más años de los que recuerdo y ahora, vecina en la misma ciudad. De hecho, es por ella que ahora mismo Valencia me está acogiendo; gracias a venir a visitarla me enamoré de la ciudad, de su luz al amanecer, a medio día, en el atardecer... también de la gente que la transita, tan acogedores y cercanos. Y de su pequeñez, comparada con Madrid. De su calle principal tan humana y accesible, de plazas, de avenidas, parques y del cauce del río que desemboca al maravilloso Mediterráneo, que tantas historias me ha visto vivir ya. Así que si, es un homenaje a ella con mi querido Mediterráneo de fondo (y eso que yo no soy nada de playa pero estas aguas tienen... corazón caliente).

Ya sabéis que mi relación con la fotografía va y viene y en esta ocasión, ha llegado rompiendo muros, esquemas y previsiones de todo tipo. Cuando fui a recogerla y charlábamos de camino, no podía imaginar en ningún momento lo que me iba a regalar. Cómo se iba a colar con tanto arte a través de la lente de mi objetivo. Si os digo que edité esta sesión entera en un día y medio, ¿os lo creéis? Estaba profundamente enamorada, como en trance. Incluso las fotografías menos convencionales por la expresión tienen un algo que no puedo dejar de mirar. Me encantaría poder juntarlas todas en un álbum al que sin duda titularía Bailando hasta que todo acabe como homenaje a su voz y la mía cantando a dúo a Izal emocionadas, felices y contentas en uno de los días más brillantes no solo del año, si no de los últimos tiempos.

Y, es más, ella me puso a mí frente al objetivo. Estoy deseando que podáis ver los resultados porque ha sido una experiencia única para mi; nunca antes me habían fotografiado en una sesión y mucho menos me habían gustado los resultados así que... ¡Artista por partida doble!

Espero que os guste el resultado y no dudéis en dejarme vuestra opinión en los comentarios. 

Un besazo enorme.